martes, 1 de octubre de 2019

Cielito de Entre Ríos o de la Bolsa

©Luis Alberto Ferreira
El objetivo de este trabajo es abordar la historia del Cielito de Entre Ríos o de la Bolsa o en Bolsa -danza regional- de la cual quedan pocos recuerdos y escaso material para conocerla y bailarla. Antes de hacerlo, creo pertinente, repasar algunos conceptos y estudios hechos por  excelentes investigadores sobre El Cielito como especie musical, coreográfica y literaria.
Lázaro Flury escribió en el diario El Litoral de Santa Fe lo siguiente:
“El cielito-danza precede al cielito como canto épico, mas no como manifestación sentimental. Como expresión corística aparece en Buenos Aires con el nombre genérico de Contradanza en el año 1747, según las referencias de un manuscrito existente en la Biblioteca Nacional… La contradanza comienza a tomar el nombre de cielito en 1808, después de las invasiones inglesas. Este bautismo criollo parece obedecer al nombre de una de sus figuras “El cielo” representado en los movimientos frontales que más tarde se llamaron “balanceos”; y también podría atribuirse a la proverbial galantería de la colonia: “Mi cielo” con la misma acepción de “mi vida”… Lo evidente es que el Cielito es, ante todo, canto épico, para expresar un estado de ánimo de la masa anónima que siente hervir en su sangre el perenne anhelo del hombre: la libertad…” (1)

En este escrito, el eminente profesor santafesino menciona el año 1747. Esto puede llamar la atención, pero se puede leer en una referencia que se consigna en la Descripción de las Fiestas Reales de aquel tiempo que dice: “… En las dos noches el Gobernador y Capitán general propinó un magnífico refresco á todos los circunstantes que sirvió de paréntesis para las contradanzas, minuetos y arias…” (2)
Con relación a la definición del término, Fernández Latour (1988:41) escribió:
El cielito es el “…Nombre que designa tres especies folklóricas: el texto poético, la danza y la música, que confluyeron en un fenómeno único; pero que luego se disociaron para seguir sus propias trayectorias. Como danza, el cielito integra con el Pericón y la Media Caña, el grupo principal de nuestras grandes danzas de conjunto. Es baile de parejas sueltas interdependientes, derivado de la contradanza, e incorpora elementos criollos alegres y vivaces. Algunas de sus principales variantes fueron el “Cielito en Batalla” y el “Cielito de la Bolsa con relaciones… (3)
Hasta este punto de las citas bibliográficas y de artículos periodísticos podemos decir que la Contradanza o Cielito tiene una antigüedad en el Río de la Plata que se remonta a mediados del siglo XVIII (1747), o sea, finales de nuestra etapa colonial. Sin embargo, fue precisamente en el período revolucionario (1806-1824) que el Cielito o Cielo, tuvo su esplendor y mayor dispersión literaria y musical.
En lo literario específicamente, Los Cielitos y Diálogos Patrióticos de Bartolomé Hidalgo se nos leyeron o enseñaron como la primera manifestación literaria gauchesca y libertaria de la especie en cuestión. Referido a esto encontramos una cita muy interesante en un artículo del autor Rogelio Demarchi (2008) en la revista Espéculo de la Universidad Complutense de Madrid; la cual reproduzco a continuación en un primer punto del artículo total:
“…La primera publicación conjunta de las poesías gauchescas de Bartolomé Hidalgo estuvo a cargo de Martiniano Leguizamón [1917], casi cien años después de la muerte del poeta uruguayo, y apenas abarcaba doce poemas. Con todo, desde entonces y hasta hace relativamente pocos años, diversos investigadores han aportado pruebas que llevan a reducir esa cantidad de poemas. Por caso, Antonio Praderio [1986] sostiene:
[a] que los dos primeros cielitos que Leguizamón le adjudica a Hidalgo - Cielitos que con acompañamiento de guitarra cantaban los patriotas al frente de las murallas de Montevideo y el Cielito a la aparición de la escuadra patriótica en el puerto de Montevideo-, en realidad forman parte de la recopilación hecha por Francisco Acuña de Figueroa en su Diario histórico del sitio de Montevideo.
y [b] que el Cielito oriental es tan diferente a los demás cielitos de Hidalgo que perfectamente podría no haberlo escrito, y si a pesar de ello no lo impugna es por una inexplicada «secreta convicción» [Pradeiro:1986]. (Por si no queda claro: la secreta convicción de un investigador no es razón suficiente para dilucidar la autoría de una obra.)
En cuanto al Cielito de la independencia, ya Mario Falcao Espalter [1918: 74] había señalado que no podía haber sido escrito por Hidalgo, y Praderio [1986] ha ratificado esa opinión. El argumento de ambos es el mismo; taxativo y sintético, aunque bien valdría un libro: un oriental artiguista jamás podría haber cantado la proclamación de la independencia de las Provincias Unidas en el Congreso de Tucumán de 1816 por la sencilla razón de que la Provincia Oriental no participó de ese encuentro.
Además, el cielito menciona expresamente a los argentinos, término que por entonces era sólo usado por los porteños, como lo ha demostrado José Carlos Chiaramonte [1997: 64]: el vocablo argentino, como adjetivo, «en las primeras décadas del siglo XIX, antes y después de la Independencia, significa simplemente “porteño”»; en consonancia con ello, el vocablo Argentina, como sustantivo, nombraba el proyecto de un Estado con Buenos Aires por capital e integrado por aquellos territorios que se subordinaran a ella.
Un ejemplo interesante que analiza Chiaramonte [ibid.: 111-124] y que tiene que ver con la literatura: la famosa antología de poesías titulada La lira argentina -publicada en 1824- tiene un subtítulo por completo olvidado, colección de piezas poéticas dadas a luz en Buenos-Ayres durante la guerra de su independencia. Entre uno y otro se establece una posesión: la argentina es de Buenos Aires. Por lo tanto, apenas si nos quedan ocho poemas cuya autoría no está en discusión…” (4)

Cinco Cielitos y tres Diálogos, agrego para aclarar la afirmación.
Con relación a otros conceptos generales, leemos en la obra del gran musicólogo Carlos Vega lo siguiente:
“El Cielito fue el gran canto popular de la Independencia. Atraído por la revolución, vino de las pampas bonaerenses, ascendió a los estrados, se incorporó a los ejércitos y difundió por Sudamérica su enardecido grito rural. Soldado inmediato y pronto, al lado del himno majestuoso, es aguijón de la aventura… Inicia su expansión en 1810 y, poco después… marcha con los soldados. Va al Uruguay… va a Bolivia tal vez no con las primeras legiones… sino con los cuerpos bonaerenses que se les incorporan después de la Batalla de Tucumán… Va a Mendoza y a Chile. Un memorialista chileno (Eugenio Pereyra Salas) dice: “San Martín, con su ejército, en 1817, nos trajo el Cielito”… Va al Paraguay, también en temprana fecha; la tradición oral lo conserva hasta hoy …” (la negrita es mía) (5)
Mucho más podríamos escribir sobre El Cielito en general, pero como expresión regional, es aquí  donde vamos a iniciar el recorrido por la historia de esta especie coreográfica, musical y literaria que da título a este artículo: El Cielito de Entre Ríos o de la Bolsa.
Don Florencio López, destacada personalidad del folklore del litoral (nacido en Garruchos, provincia de Corrientes el 13 de septiembre de 1909, y radicado en la tierra de Pancho Ramírez y Urquiza desde 1928), estudió, enseñó y difundió el folklore de Entre Ríos como propio. La chamarrita, el Cielito del Supremo y el Cielito de Entre Ríos o de la Bolsa, son solo algunas de las danzas recopiladas y presentadas en distintos escenarios del país; en especial en el de Cosquín y en el Simposio de Folklore de la ciudad del Valle de Punilla.
En esta ocasión voy a referirme al estudio de antecedentes históricos que hizo don Florencio de esta especie coreográfica, musical y literaria que da título a este material.
En una carta enviada al Prof. Pedro Berruti fechada en septiembre de 1949, don Florencio desarrolla todas las vivencias y andanzas que jalonaron el nacimiento del Cielito de Entre Ríos. Precisamente, en una parte de la carta refiere:
“… De aquella década (1810-1820) está la Historia Argentina demostrándonos como los ejércitos libertadores llevaban consigo esta manifestación cantada; Belgrano lo lleva al Norte; él también lo deja a su paso hacia el Paraguay, cuando llega a Entre Ríos, en la entonces Villa del Paraná, hoy capital de esta provincia; a su regreso para sumarse al sitio de Montevideo, pernocta en Concepción del Uruguay… Esta referencia histórica la fija el historiador entrerriano Don Gregorio Troncoso Roselli, hijo de esta ciudad y emparentado con la familia Calvento… (la familia Calvento era la familia de la novia del Supremo Entrerriano don Francisco Ramírez). Troncoso Roselli, en vida relataba las informaciones de sus antepasados, los que supieron ver bailar al caudillo con su novia y en otras tantas tertulias de la época, “cielitos”, de cuyas figuras coreográficas hacían referencia sin precisar el orden de ellas. Algunos de ellos, los que se bailaban en los salones aristocráticos, no tenían final alegre, o sea de gato; el de la “bolsa”, sí, terminaba con zapateos suaves, por lucir el paisano de entonces, sus cribados y la bota de potro…” (6)
-          Coplas anónimas tomadas de la carta:

EN UN CANTO SE ALZA EN CORO/LA MOZADA DE ENTRE RÍOS/EL ALMA LLENA DE GRACIA/EL CUERPO LLENO DE BRÍOS/CIELITO, CIELO QUE SÍ/CIELITO DE LUNA Y SOL/LA VIDA VIENE CON LLANTO/LA DICHA CON EL AMOR/EN LOS MONTES Y CUCHILLAS/ EN LLANURAS Y POBLADOS/LOS ENTRERRIANOS AHORA/SE IGUALAN A LOS PASADOS/CIELITO DEL URUGUAY, CIELITO DEL PARANÁ/LA FLOR DEL CEIBO SE JUNTA CON LA ESTRELLA FEDERAL/MONTONERA VALEROSA/CORAZONES EN BANDADAS/URQUIZA Y PANCHO RAMIREZ/VENCIERON EN LA PATRIADA/ BANDERA CELESTE Y BLANCA/QUE NADIE ARRIARÁ JAMÁS/.


Aquí hacemos un alto en la carta de don Florencio para desarrollar un poco más algunos hechos históricos(7) que se mencionan en la misiva: En septiembre de 1810 la Primera Junta de gobierno ordena al General Belgrano marchar al Paraguay para sofocar una contrarrevolución que encabezaba el gobernador paraguayo Velasco, incluso llevaba órdenes de fusilarlo junto a otros rebeldes, y que posteriormente se dirija a la Banda Oriental. La tropa que lo acompaña es reducida y en su mayoría sin experiencia bélica. En Octubre de 1810 el General Manuel Belgrano llega a la ciudad de Santa Fe, y se aloja varios días en el convento de los Dominicos. Posteriormente pasa a la Villa del Paraná o La Bajada, el día 9 de octubre de 1810, y muy entusiasmado escribió a la Junta manifestando la colaboración del Alcalde Juan Garrigó, de don Francisco Antonio Candioti(8), doña Gregoria Pérez de Denis(9), de don Francisco de Colobrán y Andreu; y del vecindario en general por haber reunido 700 caballos donados, bueyes, implementos varios, arreos, provisiones e información. Belgrano, a instancias de Candioti solicita la colaboración de don José Alberto Calcena y Echevarría, conocedor de los caminos de la Mesopotamia(10).
La permanencia de Belgrano se prolongó en La Bajada hasta el 2 de noviembre de 1810. En este punto la información dada por don Florencio López tiene su fundamento histórico. En aquellos días de arduos trabajos y preparativos se cantaban cielitos entre la tropa y las huestes. Seguramente soldados y gauchos guitarreros improvisaban en tierras entrerrianas esta especie musical y literaria traída de Buenos Aires, según lo aseverado por Carlos Vega con relación a sus orígenes en tiempos de la colonia hacia 1750 como Contradanza y como Cielito o Cielo desde tiempos de las invasiones inglesas de 1806 y 1807 (11).
Belgrano continuó su marcha hacia Paraguay, y sufrió las derrotas en Tacuarí (9 de marzo de 1811) y Paraguarí (19 de enero de 1811). La expedición ordenada por la Primera Junta al Paraguay había concluido en derrota.
Por otra parte leemos la situación en la Banda Oriental en 1811:
“… es de inminente insurrección. En la ciudad de Montevideo el partido español… ha logrado retener el poder y mantenerse firme eliminando toda oposición; pero en la campaña el malestar se extiende, y en todos los pueblos y Villas surgen grupos de conspiradores… A diferencia de lo acaecido en Buenos Aires en mayo de 1810… en la Banda Oriental los patriotas no cuentan con el auxilio de tropas regulares y deberán llevar a cabo el alzamiento con el único respaldo de la población de la campaña que “parecían salteadores y no soldados, con sus chiripás y camisas rotas…”, al decir de Manuel Belgrano…” (12)
Esta cita resulta interesante para este trabajo porque el general Belgrano, luego de su derrota en Paraguay, recibirá órdenes para marchar hacia la Banda Oriental; no sin antes pasar por la Villa de Concepción del Uruguay adonde llegó el 9 de abril de 1811 con los restos de su ejército. Con esta aseveración coincide el historiador Oscar Urquiza Almandoz y agrega:
 “… No sabemos con certeza dónde se alojó el general Belgrano durante su permanencia en Concepción del Uruguay. Una vieja tradición lugareña -de cuya veracidad mucho dudamos- sostiene que lo hizo en la casa de los Calvento …  No menos de once días permaneció Belgrano en la Villa de Concepción del Uruguay. Hacemos esta afirmación basándonos en su epistolario, ya que la última carta que conocemos fechada en ese lugar, es del 19 de abril de 1811…” (13)
Luego de esta afirmación del historiador Urquiza Almandoz, traemos parte de lo escrito por el historiador Troncoso Roselli en su libro de memorias titulado Evocaciones a la Distancia, acerca del Cielito y de la estadía del general Belgrano en Concepción del Uruguay. Escribió el historiador emparentado con la familia Calvento:
“… El aposento que sigue a la sala (casa de los Calvento) sobre la calle Galarza era el de doña Norberta, la novia de Ramírez… Anteriormente había sido la habitación de huéspedes, los que en la casona fueron muchos e ilustres… Tales fueron Díaz Vélez… General Martín Rodriguez, el excelso patriota don Manuel Belgrano, de regreso de la campaña del Paraguay… Famosas fueron las tertulias en la sala o en el patio de la casona. En tiempo de la colonia se reunía allí lo más distinguido de la sociedad de la villa…. Belgrano llegó a la Villa de Concepción del Uruguay y paró en la histórica casa… según tradición de familia, esa noche (debe ser la del 9 de abril de 1811. Belgrano llegó por la mañana) se realizó una brillante tertulia… la danza y la charla interrumpían, a menudo, estas apreciaciones para hablarse de la vida de la villa…” (14)
Para probar documentalmente la aseveración que el general Belgrano sabía bailar muy bien Cielitos, y que esta danza la llevó a distintas zonas desde Buenos Aires vamos a una cita de las memorias del Coronel Lorenzo Lugones publicadas por la profesora Mabel Ladaga, la cual dice.
                          “… Después de la batalla de Salta, cuando el general Belgrano retoma la iniciativa e invade el Alto Perú, El Cielito hace su entrada en Potosí. Corre el mes de mayo de 1813… La afortunada anécdota del coronel Lorenzo Lugones en que se reproduce una estrofa de El Cielito, prueba que el baile platense era popular entre los soldados y, precisamente, que en octubre de 1813 se cantó en la provincia de Chayanta, leguas al norte de la ciudad de Potosí…” (15)


Bibliografía
(1) Flury, Lázaro para El Litoral de Santa Fe. El Cielito, canto de la Revolución de Mayo. S/f
(2) Lamas, Andrés y otros (1871) Revista del Río de la Plata. Tomo I. Carlos Casavalle editor. Buenos Aires. Argentina.
(3) Fernández Latour, Olga (1988)  Atlas de la Cultura Tradicional Argentina. 2da. Ed. Honorable Senado del Congreso de la Nación. Buenos Aires. Argentina.
(4) Demarchi, Rogelio (2008) El ideologema de la revolución. Los cielitos de Hidalgo. Rev. Espéculo N° 38. Universidad Complutense de Madrid.
(5) Vega, Carlos (1953) Bailes Tradicionales Argentinos. El Cielito. Julio Korn. Buenos Aires. Pág. 5 y 6.
(6) López, Florencio (1949) Carta remitida al Prof. Pedro Berruti. El Cielito de Entre Ríos o de la Bolsa. Archivo del Prof. Héctor Luis Costa.
(7) Pérez Amuchástegui, A. J. (1983) Crónica Histórica Argentina. Tomo 1. Editorial Codex. 2da. Ed. Buenos Aires. Páginas 242 a 244. Citas documentales.
(8) Arce, Facundo (1960) Entre Ríos en los Albores de la Revolución de Mayo. Publicación del Museo Martiniano Leguizamón. Paraná. Entre Ríos. Citas documentales.
Arce, Facundo (1943) Entre Ríos y la Revolución de Mayo. Paraná. Entre Ríos. Apéndice documental.
(9) Cervera, Manuel M. (1942) Don Francisco Antonio Candioti. Santa Fe.
(10) Arce, Facundo op. Cit. (1960) Oficio de Doña Gregoria Pérez de Denis a Belgrano ofreciendo sus bienes a beneficio del Ejército. Archivo General de la Nación – Archivo de Gobierno de Buenos Aires. Tomo 43.
(11) Arce, Facundo op. Cit (1960) pág. 52
(12) Vega, Carlos para La Prensa de Buenos Aires. Bailes Criollos: El Cielito. Sección Tercera. 19 de Enero de 1936.
(13) Pérez Amuchástegui, A. J. Op. Cit. Pág. 265
(14) Urquiza Almandoz, Oscar (2002) Historia de Concepción del Uruguay. Tomo I (1786-1826). Cap. 4. Entre Ríos.
(15)Troncoso Roselli, Gregorio (1957) Evocaciones a la Distancia (Recuerdos de Concepción del Uruguay). Argentina.
(16) Ladaga; Mabel (2012) Bailes-Danzas Argentinas. Ediciones Ciccus. Buenos Aires. Pág. 205

(17) Carta de don Lázaro Flury a don Florencio López fechada en San Jorge el día 24 de diciembre de 1967 (inédita hasta hoy).

Para mayor información dirigirse al profesor Luis Alberto Ferreira- correo electrónico luisferreira41@hotmail.com



Don Florencio López. Recopilador del Cielito de Entre Ríos o de la bolsa junto con Celso Bournissen (foto del archivo familiar de las hermanas Chola y María Juana Zapata. Paraná Entre Ríos).



Partitura del Cielito de Entre Ríos o de la Bolsa (Archivo Florencio López. Concepción del Uruguay. Entre Ríos)


Don Florencio López en Cosquín junto a los profesores: Domingo Bravo. Ramón Viveros. López Breard. Gabriel Guzzo y Lázaro Flury.