domingo, 17 de noviembre de 2019

Aportes para la historia del pañuelo en el Río de la Plata


En un artículo firmado por Federico Oberti para el diario La Prensa del 13 de septiembre de 1970 encontramos en su título una afirmación: vinchas de los indios, y pañuelos de los gauchos. Esto no es al azar, el hombre nacido en San Antonio de Areco en 1902, estaba haciendo una distinción muy interesante para las representaciones del imaginario popular y para las escénicas.
En las primeras líneas del trabajo de Oberti, se lee: “Los frecuentes e inapropiados usos de algunas prendas del atuendo gauchesco, suelen obedecer a vicios de formación e información… La vincha tiene raíz etimológica y costumbrista en las remotas áreas aborígenes de los quichuas, aymaráes y araucanos, apareciendo totalmente disociada de cualquier tipo de tocado masculino por cuanto era del particular uso de las mujeres…”  En el análisis de esta etimología, Oberti, se fundamenta en el término “Vincha” (cofia)según Domingo de Santo Tomás (1560) y  Lafone Quevedo (1898) escribe “… Huincha, Uincha o Bincha: faja de la cabeza; listón que sirve para ello; cinta para medir o para ribetes…”, se aclara que son de distintos colores, material y factura según la parcialidad a la que pertenecían.

Anterior a Oberti, Vicente Rossi; asegura que el gaucho tiene su origen en las razas aborígenes (charrúas). En primer lugar menciona la época del gaucho o “huacho” primitivo con vestimenta muy distinta a la que conocemos o representamos. Escribe Rossi acerca del atuendo de esta época: “…De su raza altamente rebelde conservó la divisa, la temible divisa de su vincha, para ordenar y sujetar su lacia melena, y la que en los preliminares de las justas infundía al enemigo el terror de la derrota antes del encuentro. Jamás cubrió su cabeza, en homenaje a su estirpe tan oscura como heroica…” (1921:29)
En la segunda etapa, llamada del “pago” por Rossi “…Vestía camisa, chiripá y bota de potro; a los costados, por las aberturas del chiripá, se veía blanquear el calzoncillo, que usaba dentro de las botas; poncho no muy largo; pañuelo al cuello; vincha, y echado algo hacía atrás, dejando verla, un sombrero blando, de ala no muy ancha, con barbijo; espuelas; cinto, con monedas brasileras por botones; facón (un machete o daga); boleadoras de reserva atadas al recado ; en la guerra, lanza india. Nunca usó “cribado” o calzoncillos por sobre las botas…” (1921:32-33)
“…Romántico cantor, solía también improvisar al compás de su guitarra, por ranchos y fogones.No rehusaba un reto, pero n0 tenía instintos de pendencia…” (1921:38)
“…El «pago», instituido por la civilización y el progreso, está ya en ejercicio de sus funciones, motivo por el cual la vestimenta y las armas son ahora más uniformes en casi todos estos hombres: Sombrero gacho (El de copa baja y ala ancha tendida hacia abajo) de alas n0 muy anchas, que exhibe la divisa del ejército o caudillo a quien se sirve; por eso la cinta india ha huido de su frente y es sustituida por un pañuelo; otro pañuelo al cuello, unas veces como enseña de guerra y en general por costumbre; camisa; poncho largo y pesado; cinto tachonado de monedas conforme a las que ha podido conseguir su dueño; chiripá largo; calzoncillos; botas de potro o botas cortas de zapatería, de confección tosca; espuelas grandes, 116 «chilenas». Sus armas las clásicas, con el agregado de alguna de fuego, de las más antiguas y de menor precisión, proporcionadas por el «pago». (1921:50) Desde aquel tiempo, Rossi dice que los gauchos se transforman en paisanos o criollos, aquerenciándose y trabajando en tareas rurales. Volviendo a ser gauchos ocasionalmente si se “alzan” o van a la lucha.

En otro artículo de La Prensa de Buenos Aires del año 1945, Justo Sáenz (hijo) escribió sobre el pañuelo y su relación con los tocados gauchos: “… Gauchos existieron también, y no pocos, que por pobreza o capricho, no se cubrieron con otra prenda que con un pañuelo de colores atado en dos o tres formas distintas y envolviendo por completo su melena, como el zorongo de un baturro aragonés…” Este tocado, estuvo acompañado por aros pendientes de las orejas entre 1808 y 1875.
En otra parte de su artículo, Sáenz (hijo), escribe: “… Este atavío, que para distinguirlo de otros denominaré a la aragonesa, parece que fue conocido por serenero…” este dato se lo trasmite en forma verbal en 1928 Leopoldo Lugones. El serenero entra en la variedad de vinchas. Continúa Sáenz diciendo sobre este tema puntual: “… las vinchas… son anchas y protuberantes, asemejándose en mucho a esa especie de pañuelo –turbante- común entre las campesinas de La Rioja y Catamarca llamado por ellas pachiquil…” Agrega el autor que existe documentación fotográfica de fines del siglo XIX en Entre Ríos, que aseveraría que la vincha de pañuelo iría acompañada por sombrero.
En otra parte del artículo mencionado el autor nacido en Buenos Aires en 1892 expresó: “… Un viejo criollo de la provincia de Buenos Aires díjome hará como treinta años (1915) que en su tiempo, solía acudirse a bailes y marcaciones con el pañuelo así colocado, a fin de lucir mejor su calidad y colores. Lucio Mansilla explica en su “Excursión a los indios ranqueles” que el también llevaba el pañuelo de esa manera para librar su cabello del polvo del camino. Ésta de haber sido, lo mismo que el resguardo contra el sol, la principal razón de su uso…”.
De este artículo establecemos la hipótesis siguiente: el pañuelo usado como vincha no era el que se utilizaba para bailar y divertirse, era para lucir. Evidentemente hombres y mujeres, generalmente, depende la ocasión, deben haber utilizado otro pañuelo para el baile; uno más pequeño quizás o de mano.
Existencia de este tipo de pañuelos encontramos en inventarios de vestuario de personas difuntas. Esto se puede comprobar en los repositorios documentales de distintas provincias.

Por su parte Pedro Inchauspe, a mediados del siglo XX, escribía “… si por uno de esos milagros de la fantasía, pudiésemos retrotraernos y asistir a una reunión de gauchos de verdad, nuestro concepto actual sufriría una enorme decepción… Y es que el circo, el teatro, el carnaval y los tradicionalistas han creado un traje gaucho más de utilería que real… Si alguna documentación fiel queda de las viejas épocas, ella es la que se refiere a las prendas de vestir y a las del apero y recado del gaucho…” (1956:127-128) esto lo menciona relacionado con exposiciones en museos y con dibujos y pinturas que reproducen escenas de nuestro pasado. En este último caso algunas discutidas de pintores extranjeros, en la segunda parte del siglo XX y principios de XXI. Para Inchauspe, el gaucho en su verdadera acepción, había desaparecido o transformado hacia 1880.
Con relación específica al pañuelo como elemento del atuendo del gaucho, escribió el autor cordobés “… Para el circo, el color negro hacía un magnífico contratono con la albura de los calzoncillos cribados y con el blanco pañuelo del cuello; la vincha, que el gaucho usó solo accidentalmente, era prenda efectiva…” Luego describe el traje elegante de un gaucho de mediados del siglo XIX, y con relación al pañuelo dice: “… Un pañuelo de color al cuello y otro para sujetar el cabello, que en un tiempo se llevó muy largo, con trenzas y hasta con peinetas, exactamente como en los usos femeninos… La vincha no fue común en el traje del hombre de la llanura… Lo corriente fue el pañuelo, llamado “serenero” por Lugones, que cubría la cabeza, la nuca y parte de la cara, y que se llevaba atado en una variedad de formas. Este pañuelo, de mayor tamaño que el otro, protegía contra el viento y el sol, de día; de noche contra el sereno o relente – especie de rocío – fresco y peligroso para quienes están mucho tiempo expuestos a su influencia…” (1956: 129-130) Agrego que en ocasiones de extrema pobreza, el pañuelo reemplazaba al sombrero o la boina.

Retomando a Oberti en su artículo de 1970 dice “…Por lo general, los aborígenes usaban a diario vinchas tejidas, mientras que los gauchos más pobres sujetaban sus cabellos con retazos de liencillo o pañuelos envueltos a la cabeza, anudados a la nuca al modo de zorongo aragonés…En la iconografía de mediados del siglo XIX Prilidiano Pueyrredón en 1860 pinta paisanos porteños típicos con vinchas de tejido pampa; y en 1856 Palliére representa gauchos con pañuelo apretado por el sombrero… Juan Manuel Blanes representa los tocados en la realista escena que componen los personajes masculinos de Los Tres Chiripáes… Posteriormente, el gaucho usó vincha de pañuelo para desempeñarse en las faenas de la doma y trabajos del corral, la esquila, las carreras cuadreras y corrida de sortija…” Estos son algunos ejemplos de la importancia que tuvieron y tienen las obras visuales y escritas de los viajeros extranjeros, especialmente del siglo XIX como documentos a tener en cuenta.
También dice Oberti con relación a las razones del uso del pañuelo: “… El más frecuente uso del pañuelo fue motivado por las frecuentes y largas travesías a caballo…” así mismo, luego de un breve análisis del caso sigue: “… La definición del uso de esta prenda (serenero) corresponde a la mujer… por consiguiente, en ningún caso se halla asociado al sombrero, de uso y características esencialmente masculinas y gauchescas. Cuando los gauchos lo tomaron incorporándolo a su varonil tocado, en los postreros años de su vigencia, el pañuelo (serenero) convirtióse en un detalle exótico, romántico y asfixiante, sin razón de ser… más si llamativo, vistoso, ecuestre y caballeresco…” El pañuelo deja de ser funcional para pasar a ser moda (fines del siglo XIX y principios del XX).
“… Otros autores, siempre empeñosos en recoger y divulgar aspectos del atuendo de los gauchos del Plata, han ido al meollo de los que nos ocupa. Entre ellos el más preciso… fue el sabio alemán H. Burmeister disipando cualquier clase de torcidas interpretaciones: “llevan siempre la cabeza cubierta con un sombrero de fieltro o de paja, pero es pequeño y no oculta toda la cara”. “En verano se ponen un pañuelo de color debajo del sombrero, en contacto con la cabellera. Esta tela sirve de protección contra los rayos ardientes del sol y refresca el aire que viene de frente al andar a caballo, corriéndose hacia la nuca…”
“… Los pañuelos eran provistos por los huhoneros, los cajoneros y los pulperos volantes que hacia todos los rumbos recorrían nuestra campaña con sus mercancías. Los portaban en sus pesados atados, en sus cajas, de los cuales surgían como de un cofre de sorpresas, brillantes y multicolores, grandes y pequeños; de lienzo, de espumilla, de purísima seda de la China o de algodón de Cataluña; rojos y azules, celestes con guardas, recargados arabescos estampados, y grandes y blancos como suave túnica nupcial…”

Luego de repasar estos artículos periodísticos, como corolario, nos surgen otras preguntas: ¿Porqué los hombres y mujeres de las zonas rurales y/o suburbanas utilizaban pañuelos para las danzas? ¿El pañuelo tiene un significado especial al ser utilizado en las danzas? ¿Cuál es o cuáles son? ¿Cuándo se comenzó a usar el pañuelo en los bailes o danzas en el Río de la Plata?, preguntas que trataremos de responder en este taller. Espero no ser bastante ambicioso en mi búsqueda de respuestas.

Artículos periodísticos

Oberti, Federico. Para La Prensa de Buenos Aires. Vinchas y pañuelos de indios y gauchos. Publicado el 13 de septiembre de 1970.

Sáenz, Justo. Para La Prensa de Buenos Aires. Tocados gauchos. Publicado el 22 de julio de 1945.




Tres obras de J. León Palliére: La Esquila. Bailando el gato y La Pulpería.