En un artículo firmado por Federico
Oberti para el diario La Prensa del 13 de septiembre de 1970 encontramos en
su título una afirmación: vinchas de los indios, y pañuelos de los
gauchos. Esto no es al azar, el hombre nacido en San Antonio de Areco
en 1902, estaba haciendo una distinción muy interesante para las
representaciones del imaginario popular y para las escénicas.
En las primeras líneas del trabajo de Oberti, se lee: “Los
frecuentes e inapropiados usos de algunas prendas del atuendo gauchesco, suelen
obedecer a vicios de formación e información… La vincha tiene raíz etimológica y costumbrista en las remotas áreas
aborígenes de los quichuas, aymaráes y araucanos, apareciendo totalmente
disociada de cualquier tipo de tocado masculino por cuanto era del particular
uso de las mujeres…” En el análisis
de esta etimología, Oberti, se fundamenta en el término “Vincha” (cofia)según Domingo de Santo Tomás (1560) y Lafone Quevedo (1898) escribe “… Huincha, Uincha o Bincha: faja de la
cabeza; listón que sirve para ello; cinta para medir o para ribetes…”, se aclara que son de distintos colores,
material y factura según la parcialidad a la que pertenecían.
Anterior a Oberti, Vicente
Rossi; asegura que el gaucho tiene
su origen en las razas aborígenes (charrúas). En primer lugar menciona la época del gaucho o “huacho” primitivo
con vestimenta muy distinta a la que conocemos o representamos. Escribe Rossi
acerca del atuendo de esta época: “…De su raza altamente rebelde conservó la
divisa, la temible divisa de su vincha, para ordenar y sujetar su lacia melena,
y la que en los preliminares de las justas infundía al enemigo el terror de la
derrota antes del encuentro. Jamás cubrió su cabeza, en homenaje a su estirpe
tan oscura como heroica…” (1921:29)
En la segunda
etapa, llamada del “pago” por Rossi “…Vestía camisa,
chiripá y bota de potro; a los costados, por las aberturas del chiripá, se veía
blanquear el calzoncillo, que usaba dentro de las botas; poncho no muy largo; pañuelo al cuello; vincha, y echado algo
hacía atrás, dejando verla, un sombrero blando, de ala no muy ancha, con
barbijo; espuelas; cinto, con monedas brasileras por botones; facón (un machete
o daga); boleadoras de reserva atadas al recado ; en la guerra, lanza india.
Nunca usó “cribado” o calzoncillos por sobre las botas…” (1921:32-33)
“…Romántico cantor, solía también improvisar al compás de su
guitarra, por ranchos y fogones.No rehusaba un reto, pero n0 tenía instintos de
pendencia…” (1921:38)
“…El
«pago», instituido por la civilización y el progreso, está ya en ejercicio de
sus funciones, motivo por el cual la vestimenta y las armas son ahora más
uniformes en casi todos estos hombres: Sombrero gacho (El de
copa baja y ala ancha tendida hacia abajo) de alas n0 muy
anchas, que exhibe la divisa del ejército
o caudillo a quien se sirve; por eso la cinta india ha huido de su frente y es
sustituida por un pañuelo; otro pañuelo al cuello, unas veces como enseña de
guerra y en general por costumbre; camisa; poncho largo y pesado; cinto
tachonado de monedas conforme a las que ha podido conseguir su dueño; chiripá
largo; calzoncillos; botas de potro o botas cortas de zapatería, de confección
tosca; espuelas grandes, 116 «chilenas». Sus armas las clásicas, con el agregado
de alguna de fuego, de las más antiguas y de menor precisión, proporcionadas
por el «pago». (1921:50) Desde aquel tiempo, Rossi dice que los gauchos se
transforman en paisanos o criollos,
aquerenciándose y trabajando en tareas rurales. Volviendo a ser gauchos
ocasionalmente si se “alzan” o van a la lucha.
En otro artículo de La Prensa de Buenos Aires del año 1945, Justo
Sáenz (hijo) escribió sobre el pañuelo y su relación con los tocados gauchos: “… Gauchos existieron también, y no
pocos, que por pobreza o capricho, no se cubrieron con otra prenda que con un
pañuelo de colores atado en dos o tres formas distintas y envolviendo por
completo su melena, como el zorongo de un baturro aragonés…” Este tocado, estuvo acompañado por aros
pendientes de las orejas entre 1808 y 1875.
En otra parte de su artículo, Sáenz (hijo), escribe: “… Este
atavío, que para distinguirlo de otros denominaré a la aragonesa, parece que
fue conocido por serenero…” este dato se lo trasmite en forma verbal en 1928 Leopoldo
Lugones. El serenero entra en la variedad de vinchas. Continúa Sáenz diciendo
sobre este tema puntual: “… las vinchas… son anchas y protuberantes,
asemejándose en mucho a esa especie de pañuelo –turbante- común entre las
campesinas de La Rioja y Catamarca llamado por ellas pachiquil…” Agrega el
autor que existe documentación fotográfica de fines del siglo XIX en Entre
Ríos, que aseveraría que la vincha de pañuelo iría acompañada por sombrero.
En otra parte del artículo mencionado el autor nacido en Buenos
Aires en 1892 expresó: “… Un viejo criollo de la provincia de Buenos Aires
díjome hará como treinta años (1915) que en su tiempo, solía acudirse a bailes
y marcaciones con el pañuelo así colocado, a fin de lucir mejor su calidad y
colores. Lucio Mansilla explica en su “Excursión a los indios ranqueles” que el
también llevaba el pañuelo de esa manera para librar su cabello del polvo del
camino. Ésta de haber sido, lo mismo que el resguardo contra el sol, la
principal razón de su uso…”.
De este artículo
establecemos la hipótesis siguiente: el pañuelo usado como vincha no era el que
se utilizaba para bailar y divertirse, era para lucir. Evidentemente hombres y
mujeres, generalmente, depende la ocasión, deben haber utilizado otro pañuelo
para el baile; uno más pequeño quizás o de mano.
Existencia de este
tipo de pañuelos encontramos en inventarios de vestuario de personas difuntas.
Esto se puede comprobar en los repositorios documentales de distintas
provincias.
Por su parte Pedro Inchauspe,
a mediados del siglo XX, escribía “… si por uno de esos milagros de la
fantasía, pudiésemos retrotraernos y asistir a una reunión de gauchos
de verdad, nuestro concepto
actual sufriría una enorme decepción… Y
es que el circo, el teatro, el carnaval y los tradicionalistas han creado un
traje gaucho más de utilería que real… Si alguna documentación fiel queda
de las viejas épocas, ella es la que se refiere a las prendas de vestir y a las
del apero y recado del gaucho…” (1956:127-128) esto lo menciona relacionado con exposiciones en museos y con
dibujos y pinturas que reproducen escenas de nuestro pasado. En este último
caso algunas discutidas de pintores extranjeros, en la segunda parte del siglo
XX y principios de XXI. Para Inchauspe, el gaucho en su verdadera acepción,
había desaparecido o transformado hacia 1880.
Con relación específica al pañuelo como elemento del atuendo del
gaucho, escribió el autor cordobés “…
Para el circo, el color negro hacía un magnífico contratono con la albura de
los calzoncillos cribados y con el blanco pañuelo del cuello; la vincha, que el
gaucho usó solo accidentalmente, era prenda efectiva…” Luego describe el
traje elegante de un gaucho de mediados del siglo XIX, y con relación al
pañuelo dice: “… Un pañuelo de color al cuello y otro para sujetar el cabello, que en un
tiempo se llevó muy largo, con trenzas y hasta con peinetas,
exactamente como en los usos femeninos… La vincha no fue común en el traje del
hombre de la llanura… Lo corriente fue el pañuelo, llamado “serenero”
por Lugones, que cubría la cabeza, la nuca y parte de la cara, y que se llevaba
atado en una variedad de formas. Este pañuelo, de mayor tamaño que el otro,
protegía contra el viento y el sol, de día; de noche contra el sereno o relente
– especie de rocío – fresco y peligroso para quienes están mucho tiempo
expuestos a su influencia…” (1956: 129-130) Agrego que en ocasiones de
extrema pobreza, el pañuelo reemplazaba al sombrero o la boina.
Retomando a Oberti en su artículo de 1970 dice “…Por lo general,
los aborígenes usaban a diario vinchas tejidas, mientras que los gauchos más
pobres sujetaban sus cabellos con retazos de liencillo o pañuelos envueltos a
la cabeza, anudados a la nuca al modo de zorongo aragonés…En la iconografía
de mediados del siglo XIX Prilidiano Pueyrredón en 1860 pinta paisanos porteños
típicos con vinchas de tejido pampa; y en 1856 Palliére representa gauchos con
pañuelo apretado por el sombrero… Juan Manuel Blanes representa los tocados en
la realista escena que componen los personajes masculinos de Los Tres Chiripáes… Posteriormente, el
gaucho usó vincha de pañuelo para
desempeñarse en las faenas de la doma y trabajos del corral, la esquila, las
carreras cuadreras y corrida de sortija…” Estos son algunos ejemplos de la
importancia que tuvieron y tienen las obras visuales y escritas de los viajeros
extranjeros, especialmente del siglo XIX como documentos a tener en cuenta.
También dice Oberti con relación a las razones del uso del
pañuelo: “… El más frecuente uso del pañuelo fue motivado por las frecuentes y
largas travesías a caballo…” así mismo, luego de un breve análisis del caso
sigue: “… La definición del uso de esta prenda (serenero) corresponde a la
mujer… por consiguiente, en ningún caso se halla asociado al sombrero, de uso y
características esencialmente masculinas y gauchescas. Cuando los gauchos lo
tomaron incorporándolo a su varonil tocado, en los postreros años de su
vigencia, el pañuelo (serenero) convirtióse en un detalle exótico, romántico y
asfixiante, sin razón de ser… más si llamativo, vistoso, ecuestre y
caballeresco…” El pañuelo deja de ser
funcional para pasar a ser moda (fines del siglo XIX y principios del XX).
“… Otros autores, siempre empeñosos en recoger y divulgar aspectos
del atuendo de los gauchos del Plata, han ido al meollo de los que nos ocupa.
Entre ellos el más preciso… fue el sabio alemán H. Burmeister disipando
cualquier clase de torcidas interpretaciones: “llevan siempre la cabeza
cubierta con un sombrero de fieltro o de paja, pero es pequeño y no oculta toda
la cara”. “En verano se ponen un pañuelo de color debajo del sombrero, en
contacto con la cabellera. Esta tela sirve de protección contra los rayos ardientes
del sol y refresca el aire que viene de frente al andar a caballo, corriéndose
hacia la nuca…”
“… Los pañuelos eran provistos por los huhoneros, los cajoneros y
los pulperos volantes que hacia todos los rumbos recorrían nuestra campaña con
sus mercancías. Los portaban en sus pesados atados, en sus cajas, de los cuales
surgían como de un cofre de sorpresas, brillantes y multicolores, grandes y
pequeños; de lienzo, de espumilla, de purísima seda de la China o de algodón de
Cataluña; rojos y azules, celestes con guardas, recargados arabescos
estampados, y grandes y blancos como suave túnica nupcial…”
Luego de repasar estos artículos periodísticos, como corolario,
nos surgen otras preguntas: ¿Porqué los hombres y mujeres de las zonas rurales
y/o suburbanas utilizaban pañuelos para las danzas? ¿El pañuelo tiene un
significado especial al ser utilizado en las danzas? ¿Cuál es o cuáles son?
¿Cuándo se comenzó a usar el pañuelo en los bailes o danzas en el Río de la
Plata?, preguntas que trataremos de responder en este taller. Espero no ser
bastante ambicioso en mi búsqueda de respuestas.
Artículos periodísticos
Oberti, Federico. Para La Prensa de Buenos Aires. Vinchas y pañuelos de indios y gauchos. Publicado el 13 de septiembre de 1970.
Sáenz, Justo. Para La Prensa de Buenos Aires. Tocados gauchos. Publicado el 22 de julio de 1945.