Un libro muy interesante. Te invito a buscarlo si no lo tenés; y si está en tu biblioteca no dejes de leerlo. Dice en el prólogo su autor: "... Mi mocedad, prisionera del paisaje, vagó entre yuyales, ahuyentando los apereá, despertando los teru-teros, sorprendiendo a las iguanas, persiguiendo a los teyú, alborotando las Kava-chui. Anduvo y desanduvo por las barrancas del viejo Paraná y por las hondas lagunas pobladas de yakaré, suirirí, pollonas, karau y tuyuyú.
Andando de chacra en chacra gusté las rojas sandías y, en las orillas de los arroyos, los dulces ñangapirí, los negros guapurú, los sabrosos mbocayá y las carnosas tunas que tanto apreciaba mi madre. y andando de chacra en chacra, de rancho en rancho, por la naturaleza agreste de mi pueblo, fui recogiendo las notas que forman estas páginas..."
En estos apuntes, nos indica el autor, se referirá a la realidad de la civilización guaraní precolombina.
En el capítulo III nos entrega coplas tradicionales de su lugar, de su patio, del fogón y la cocina hogareña:
" ¡ Leru, leru,la!
Allá está la luna,
la luna lironda
jugando una ronda."
O esta otra:
" Papeles son papeles,
cartas son cartas;
se alejan por el sendero
mis esperanzas."
Cuando lo leas vas a entrar en un mundo cálido, de naturaleza exhuberante y de mocedad pobre pero traviesa. En un ambiente folklórico que te atrapa en cada capítulo y te hace disfrutar cada palabra, cada copla, cada imágen solariega.