miércoles, 4 de marzo de 2020

Belgrano y la Condición. Lo que dicen y lo que no dicen los documentos históricos


Por el prof. Luis Alberto Ferreira Carmelé

Breve cronología de Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano González
Nació el 3 de junio de 1770 en la ciudad de Buenos Aires, hasta ese momento territorio perteneciente al Virreinato del Perú. Desde 1776 sería ciudad capital del nuevo Virreinato del Río de la Plata. Cuarto hijo de una familia constituida por Domingo Belgrano Peri y María Josefa González Casero.  
Estudió las primeras letras en la escuela del convento de los padres Dominicos, para luego ingresar al Real Colegio de San Carlos hasta 1786. Todo esto en Buenos Aires.
Con 16 años partió hacia España, y entre 1786 y 1793 estudió Derecho en las universidades españolas de Salamanca y Valladolid, donde se graduó como Bachiller en Leyes, dedicando especial atención a la economía política. Por tal motivo, fue el primer presidente de la Academia de Práctica Forense y Economía Política en Salamanca.
Durante su estadía alcanzó un éxito destacable y prestigio que le permitió obtener del papa Pío VI una autorización para leer toda clase de literatura prohibida. Dicha concesión se le otorgó «... en la forma más amplia para que pudiese leer todo género de libros condenados aunque fuesen heréticos», con la única excepción de las obras obscenas. De esta manera tuvo acceso a los libros de MontesquieuJean-Jacques Rousseau y Filangieri; así como pudo imbuirse de las tesis fisiocráticas de François Quesnay. También leyó a los escritores españoles de tendencia ilustrada, como Gaspar Melchor de Jovellanos y Pedro Rodríguez de Campomanes.
Siguió los acontecimientos de la Revolución Francesa de 1789, que le influyeron hasta el punto de hacerle adoptar, como a José de San Martín, el ideario revolucionario de finales del siglo XVIII. A partir del mismo, ambos orientaron su desempeño en la vida política hacia las necesidades fundamentales de todo pueblo: soberanía política, económica y posesión de los territorios que explotan a partir del trabajo. Tanto Belgrano como San Martín fueron firmes creyentes en el desarrollo a partir de las industrias, la producción y el comercio de bienes dentro de un marco justo que beneficie a la Patria y el pueblo en su conjunto.
Belgrano se rodeó de la élite intelectual de España, y por aquel entonces se discutía sobremanera la reciente Revolución francesa. Los cuestionamientos al derecho divino de los reyes, los principios de igualdad, fraternidad y libertad, y la aplicación universal de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano estaban en boca de todos. En esos círculos se consideraba imperioso refundar la nación bajo principios similares, y quienes no estaban de acuerdo eran tachados de tiranos y partidarios de ideas antiguas y desprestigiadas. ​
Asimismo se dedicó al estudio de las lenguas vivas, la economía política y el derecho público.
De regreso al Virreinato del Río de la Plata, quizás a través de su primo Juan José Castelli se interesó por el pensamiento de Francisco Suárez, quien declaraba que el poder de los gobiernos deviene de Dios a través del pueblo. ​Regresó a Buenos Aires en mayo de 1794 para hacerse cargo de la secretaría del Real Consulado; cargo del cual fue anoticiado en diciembre de 1793. Lo ocupó hasta los tiempos de la revolución en 1810.
Belgrano fue designado capitán de las milicias urbanas de Buenos Aires en 1797 por el virrey Pedro de Melo.
El virrey Sobremonte le encargó la formación de una milicia en previsión de algún ataque inglés, pero no tomó el encargo muy en serio. Esto lo llevó a su primera participación en un conflicto armado, cuando el 25 de junio de 1806 desembarcó una expedición de 1600 soldados ingleses al mando de William Carr Beresford, lo cual inició las Invasiones Inglesas. Belgrano marchó al fuerte de Buenos Aires apenas escuchó la alarma general, donde reunió a numerosos hombres para enfrentar la invasión. Sin conocimientos de milicia, marcharon desordenadamente hacia el Riachuelo. Tras un único cañonazo inglés, debió obedecer las indicaciones de su jefe de mando y ordenar la retirada. Más tarde escribiría: «Nunca sentí más haber ignorado hasta los rudimentos de la milicia». Tras tomar la ciudad, los ingleses exigieron a todas las autoridades que prestaran juramento de lealtad. El Consulado en pleno accedió a la demanda inglesa, exceptuando a Belgrano que sostuvo que «Queremos al antiguo amo, o a ninguno». Se exilió de Buenos Aires y buscó refugio en la capilla de Mercedes, en la Banda Oriental.
Los ingleses fueron expulsados por una expedición organizada por Santiago de Liniers, aunque se esperaba que éstos intentaran atacar nuevamente la ciudad. Belgrano regresó después de la reconquista y se unió a las fuerzas que organizaba Liniers. Fue nombrado sargento mayor del Regimiento de Patricios, a las órdenes de Cornelio Saavedra, y profundizó sus estudios de táctica militar. Tras tener conflictos con otros oficiales, Belgrano renunció al cargo de Sargento Mayor y se puso a las órdenes de Liniers. Durante el combate que tuvo lugar poco después, sirvió como ayudante de campo de una de las divisiones del ejército al mando del coronel Balviani. ​ Tras la exitosa resistencia de Buenos Aires volvió a hacerse cargo del Consulado y dejó nuevamente los estudios militares.
Fue uno de los principales patriotas que impulsaron la Revolución de Mayo, por la cual se destituyó al virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros, y fue vocal de la Primera Junta de gobierno que lo reemplazó.
Luchó en la guerra de Independencia de la Argentina contra los ejércitos realistas. Fue el jefe de la expedición militar que la junta de Buenos Aires envió al Paraguay que finalizó cuando celebró el Tratado confederal entre las juntas de Asunción y Buenos Aires, en 1811. Fue jefe de una de las Expediciones Libertadoras a la Banda Oriental.
En 1812 creó la bandera de Argentina en la actual ciudad de Rosario, además de dos baterías fortificadas para defender la zona, Libertad e Independencia eran sus nombres.
Como general del Ejército del Norte (se lo designó por resolución del Triunvirato el 27 de febrero de 1812), dirigió el Éxodo Jujeño, comandó las victorias de los revolucionarios en la batalla de Tucumán y en la de Salta y tuvo a su cargo la Segunda Campaña Auxiliadora al Alto Perú, durante la cual fue dos veces derrotado por los realistas en Vilcapugio y Ayohúma. Llegó a Tucumán el 19 de marzo y a Salta el 26 de marzo de 1812.
Crónica de la acción de Belgrano desde 1812 hasta 1820
-          23 de agosto de 1812 el ejército se retira de Jujuy. El éxodo jujeño comenzó los primeros días de dicho mes.
-          3 de setiembre de 1812 combate de Las Piedras. El mismo día llegan a Tucumán.
-          Entre el 13 y el 24 de setiembre de1812 Belgrano desobedece las órdenes del gobierno y presentará batalla en Tucumán.
-          24 de setiembre de 1812 batalla de Tucumán. 25 de setiembre defensa de la ciudad. Retiro de los realistas.
-          Belgrano permanece en Tucumán hasta principios de enero de 1813.
-          13 de febrero de 1813 a orillas del río Pasaje Belgrano y el ejército juran fidelidad a la Asamblea de 1813 instalada en Buenos Aires. Bautiza el río Pasaje con el nombre de Juramento.
-          20 de febrero de 1813 batalla de Salta. 21 de febrero retirada del ejército realista según la capitulación firmada.
-          Mediados de abril de 1813 Belgrano marcha a Jujuy y su vanguardia a Potosí.
-          A fines de Junio de 1813 Belgrano instala su cuartel general en Potosí.
-          1 de octubre de 1813 derrota en Vilcapugio.
-          14 de noviembre de 1813 derrota de Ayohúma.
-          3 de diciembre de 1813 el Triunvirato designa a San Martín en reemplazo de Belgrano.
-          12 de enero de 1814 San Martín sale de Tucumán rumbo a Salta para encontrarse con Belgrano.
-          29 de enero de 1814 Belgrano entregó el mando a San Martín en Tucumán.
-          En abril de 1814 Belgrano se encuentra en Santiago del Estero.
-          12 de junio de 1814 llegó a Buenos Aires y fue arrestado y procesado.
-          Entre diciembre de 1814 y noviembre de 1815 se encuentra en Europa en misión diplomática para que se reconozca la independencia.
-          Retorna a Buenos Aires a principios de 1816.
-          6 de julio de 1816 está en Tucumán, en sesión secreta.
-          Asiste a la declaración de la Independencia el 9 de julio. En los festejos se habría bailado La Condición en Tucumán.
-          En agosto de 1816 se hizo cargo nuevamente del Ejército del Norte hasta mediados de 1819. Volviendo a Buenos Aires muy enfermo.
-          20 de junio de 1820 murió en Buenos Aires.

La Condición: una danza basada en testimonios orales
En nuestro país, la existencia de esta danza no tiene respaldo en documentos escritos. Ni Carlos Vega, y tampoco nuevas investigaciones al respecto los aportan. En Perú los documentos sí se hallaron y el musicólogo argentino los describe y analiza en uno de sus cuadernillos de bailes tradicionales(1945) y en un libro posterior (1952). Posteriormente nos referiremos a ellos.
En Tucumán
“… Un anciano relata los datos tradicionales de que en Tucumán la bailó el general Belgrano con la esposa del gobernador General Bernabé Aráoz (Monterosprovincia de Tucumán en 1776 - Trancasprovincia de Tucumán24 de marzo de 1824)en fecha de la jura de Bandera . Aráoz fue gobernador de Tucumán desde noviembre de 1814 hasta octubre de 1817.
 Otras versiones del historiador salteño Carlos Gregorio Romero Sosa (1870) la versión corresponde al año 1816.
En Catamarca
Tradicionalmente se considera como interpretada por el general Manuel Belgrano. Vigente en 1845 (Catamarca) y se conservó hasta 1870.
Música: compás ¾ minué y 6/8 zamba. Danza grave-viva.
Belgrano fue designado jefe del ejército del Norte y el itinerario es Córdoba, Tucumán, Salta, etc. Entonces, sería factible que la hubiera bailado en Tucumán o Salta si fue en esta época, de lo contrario, que el general llegara a Catamarca en años posteriores a 1813- aunque no figure ese viaje.”
Citamos un trabajo publicado en el diario El Ancasti de la capital catamarqueña firmado por el prof. Marcelo Gershani Oviedo que dice:
“…Hasta ese momento había escuchado dos relatos, comentados casi de manera natural, afirmando que Belgrano había estado en Catamarca.
Una anécdota que se transmitió de generación en generación durante casi dos siglos, y que llegó a oídos de mi abuela Sofía Pereyra de Oviedo, refiere que, frente a su casa, en calle Crisanto Gómez, en Santa Rosa (Valle Viejo), el general Belgrano ató su caballo y caminó unos metros, hasta la propiedad donde se levanta la casa en que vivió el doctor Luis Barrionuevo y que hoy pertenece a la familia Blas Bosch.
El otro relato surgió un día, quizás hace tres décadas, en que visitábamos a mis tíos y primos que viven en Piedra Blanca, justo al lado de El Polvorín, la antigua e imponente casona con más de dos siglos en sus muros, hoy derruida. Y ellos nos contaron que en esa casona había descansado Belgrano y que en esa oportunidad hubo un gran baile.
Considero que no debemos desestimar totalmente lo que hasta nosotros llega por medio de la tradición oral. En ella, sin duda, hay algo de veracidad, aunque el paso del tiempo pudo introducir variantes en el relato primero…”
Si de buscar testimonios sobre el tema se trata, uno muy interesante lo encontramos en la misma Piedra Blanca, en una hermosa iglesia construida por 1715 y bendecida en 1862. Me refiero a la Capilla de Nuestra Señora del Rosario, que fue declarada Monumento Histórico Nacional el 12 de agosto de 1941. Allí, según se lee en una placa, cuando Belgrano se alistaba para realizar la Campaña del Norte, hizo celebrar un TeDeum. Es factible preguntarnos si Belgrano participó de la ceremonia religiosa o si solamente la solicitó.
“…¿Dónde se realizó este famoso baile? El Profesor Pérez Fuentes me dijo que fue en la ciudad de San Miguel de Tucumán en 1817, en ocasión en que Feliciano de la Mota Botello asumió el poder en Tucumán, con la presencia de su amigo Manuel Belgrano. En cambio, la doctora Olga Olmos, tataranieta de la dama que bailó La Condición con el prócer, asegura que la famosa danza se concretó en nuestra ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca, en la residencia familiar de Feliciano de la Mota Botello, en calle Esquiú 648, entre Rivadavia y Salta. Ella misma escribe que en la sala de la casa, en el momento de ser invitado a danzar, Belgrano aceptó con la condición de que lo acompañara la hija de su anfitrión, Luisa Isabel. La ejecución estuvo a cargo de un hermano de Belgrano, quien se supone es el autor de la música, mezcla de minué y zamba.... 
La mujer que se menciona “… Se llamaba Luisa Isabel de la Mota Botello y era hija de Feliciano de la Mota Botello, importante hombre público nacido en Santa Fe y avecindado en nuestra ciudad.
Del matrimonio de Luisa Isabel con Marcos González nació Elciaria, que vio la luz por 1826 y falleció el 9 de abril de 1901; ella fue la heredera de la casa donde se bailó La Condición…”[1]
Este artículo nos estaría dando la precisión que Elciaria no pudo ser la mujer que bailó por primera vez La Condición ya que nació seis años después de la muerte del prócer.

En Salta
 “… La danza La Condición, se documenta bailada socialmente, por el historiador salteño Carlos Gregorio Romero Sosa (1916-2001), en los salones de la capital (salteña) aproximadamente entre 1850-1870…” Flury-Isasti. Mapa folklórico de la República Argentina. S/e.
De este historiador salteño tenemos conocimiento por un trabajo realizado por su hijo Carlos María, que Romero Sosa padre intercambiaba correspondencia con Carlos Vega. Es este historiador quien relata algunas investigaciones hechas con relación a La Condición:
“…Seguidamente desmenuza otra versión (Carlos Vega), que juzga mucho más creíble y fundamentada. En ese punto entran a tallar los aportes de mi padre: El brillante historiador Carlos G. Romero Sosa ha recogido por su parte, con afanoso interés, varias tradiciones familiares en boga sobre La Condición en Salta y Tucumán. Allá por los años 1925-26 el joven salteño oyó decir a venerables ancianas de su provincia que el nombre de la danza les era familiar por haber oído a damas de la generación anterior la afirmación de que la bailaron hasta mediados del siglo, todavía en tiempos de Juan Manuel de Rosas; y alguna recordó tradiciones que relacionaban este baile con el General Belgrano. Otros ancianos confirmaron la tradición salteña. Se añade también que Belgrano, instado en cierta ocasión a danzar, pidió a la ejecutante un Minué que le era conocido.
Sigue Vega: Pero hay más: aseguran que La Condición fue exhumada en Salta en 1913 con motivo del primer centenario de la batalla homónima, en el festival de beneficencia que organizó la Sociedad Pro-Patria, de la cual era presidenta la señorita Elisa Sosa Dávalos. Fundados en el recuerdo de abuelos, el poeta Calixto Linares Fowlis y la propia señorita Sosa Dávalos, ambos músicos, reconstruyeron La Condición. Rediviva y celebrada, la danza fue exhumada posteriormente en 1916 y, después, en ocasión del centenario de Güemes (1921).
Fiel a su método de no quedarse sólo en versiones bien que respetables por su origen y enteramente verosímiles por su contenido, concluye: Confío en que las crónicas de los periódicos salteños coetáneos confirmarán y precisarán esos recuerdos.
En las páginas sucesivas pasa a revistar los testimonios orales existentes, ahora en Tucumán:
También en Tucumán hay tradiciones familiares referentes a La Condición. Los recuerdos florecieron en 1933 a raíz de un espectáculo teatral de profesionales que incluyó la danza. Oyó entonces Romero Sosa diversas versiones coincidentes en que La Condición se bailó en los salones tucumanos a mediados del siglo y aún antes. Un anciano añadió, concretamente, que, según tradiciones, el General Belgrano bailó La Condición en Tucumán en 1816, con la esposa del gobernador de aquella provincia, el General Bernabé Aráoz, durante el sarao con que se festejó la Jura de la Bandera.
En verdad no fueron menores los datos que le proporcionó mi padre para redondear la cuestión, porque no hay que olvidar que en una anterior publicación de Vega, ―Bailes tradicionales argentinos ― (Ricordi Americana, 1948), ya había tratado con algún detalle La Condición -danza que definió como soberbia, elegante y noble- y su particular génesis en el Noroeste argentino.
Esos datos de mi padre constan en dos extensos informes remitidos a Vega con fechas 6 y 21 de marzo de 1952, el primero de ellos contestado a vuelta de correo por el musicólogo el 18 de marzo de 1952, donde entre otras consideraciones le manifestó: Lo más interesante y útil de su carta es la exhumación de La Condición en Salta antes que en Catamarca. Finalmente le encomendó a su interlocutor epistolar, marcando la seriedad con que encaraba sus investigaciones, acometer en nombre de la grandeza de Salta, la búsqueda de las crónicas de 1913, o de las otras pues no es posible que usted y yo, historiadores, nos estemos fundando en las tradiciones orales cuando se trata de sucesos tan recientes y sin duda documentados.
,                                                                                                                                                                                         Fiel al consejo del maestro, un treintañero Romero Sosa, autor a la sazón de varios libros de historia regional y de varios centenares de artículos y comunicaciones científicas y miembro numerario del Instituto de Historia Lingüística y Folklore de la Universidad Nacional de Tucumán y correspondiente de la Asociación Española de Etnología y Folklore de Madrid entre otras membresías vinculadas con la disciplina folclórica, viajó a mitad del año 1952 a Salta -tal como lo hacía de manera periódica- y rastreó en las hemerotecas y archivos locales. Pero antes, ese mismo mes de marzo, despachó cartas con solicitud de datos sobre La Condición dirigidas al historiador Atilio Cornejo, al escritor y ex gobernador de la provincia Ernesto M. Araóz, al publicista y ex senador nacional Carlos Serrey y al abogado y político Francisco M. Uriburu Michel; ello para ser consecuente con su metodología de apelar a una fuente de información alternativa ante la ausencia de otras más directas. Los cuatro amigos inquiridos le respondieron de inmediato y avalaron con mayor o menor fuerza las tradiciones orales salteñas sobre el baile en sí, la ocasión y el lugar en que se llevó a cabo, en términos que en general poco diferían de lo antes trasmitido a Carlos Vega.
El coronel José Manuel de Sosa y Aramburu que recibió el grado de alférez de manos de Belgrano luego de la Batalla de Salta contaba la historia del baile del prócer después del triunfo de 1813.
Sobre este baile realizado en 1813, subsiguientemente al día de la batalla, no creo que se lo diera en la casa de Costas, allí era donde se hospedó Tristán y no era lógico suponer que los realistas festejaran su derrota (...) Comparto la opinión del doctor Frías, según quien el baile se realizó en casa de patriotas, dice que en la casa de Aráoz..., le explicaba por ejemplo Atilio Cornejo en carta fechada el 24 de marzo de 1952.
Con esos elementos en la mano, los pareceres verbales de Juan Alfonso Carrizo y del ex gobernador de Tucumán doctor Ernesto E. Padilla, los diálogos con Julián Cáceres Freyre, los registros familiares de Guillermo ―Pajarito- Velarde Mors, más algunos documentos de sus mayores que trajo de Salta, a sugerencia precisamente de Carlos Vega y también de Manuel Gómez Carrillo —sub-director del Instituto Nacional de la Tradición, después de Antropología- Romero Sosa continuó abordando la cuestión. En septiembre de 1954, pronunció una conferencia en el porteño Colegio del Divino Corazón reseñada en forma extensa por el diario La Razón. El título de la disertación: “La Condición y una decisión de Belgrano en Salta”. Agregaba allí detalles ausentes en sus anteriores informes a Vega, por ejemplo que la fiesta en celebración del triunfo patriota en Salta se realizó en la casa del cabildante Miguel Francisco Aráoz, situada en la esquina de las actuales calles Buenos Aires y Caseros de la ciudad del cerro San Bernardo, una finca existente todavía alrededor de mil novecientos cincuenta. No creo que se haya realizado en la casa de Costas por tratarse de una familia realista. Lo que se ha dicho siempre en Salta y yo lo he oído desde niño es que en la casa de Costas cenaron juntos Belgrano y Tristán después de la capitulación invitados por los dueños de casa, le aclaraba en su respuesta postal fechada el 30 de marzo de 1952 el cultor de las tradiciones históricas.
En conclusión, Romero Sosa proponía establecer como posibilidad también que Belgrano haya danzado la pieza con doña Josefa Usandivaras de Fernández Cornejo y de la Corte, en la casa de Aráoz, la residencia supuesta primero por Bernardo Frías. En fin, varias fábulas —hoy diríamos ―mitos urbanos- carentes por su misma naturaleza de todo sustento histórico; y lo que es peor, de la decantada riqueza, la intuición y la sabiduría folclórica que sí habría valorado Carlos Vega.
Lo que dice Olga Fernández Latour de La Condición y el prócer
“… Pero la memoria popular conserva otros rasgos muy simpáticos referentes al  carácter y a los hábitos del gran patricio. Sábese que, entre tantas travesías y combates, el general Belgrano, hombre de mundo y de refinada formación ciudadana tanto en Europa como en América, parece no haber rehuído nunca la vida social. Así, de sus estancias en las ciudades del noroeste argentino surgen anécdotas que lo vinculan con salones y con señoras y niñas de la sociedad. No hay cantares sobre ello pero sí un minué-gavota con “allegro”, de zamba, sin letra tradicional, llamado La condición que vincula al prócer con la elección de una determinada dama como compañera de baile, dama cuyo nombre cambia según se lo narre en una o en otra de las provincias del antiguo Tucumán…Fernández Latour. 2014. Manuel Belgrano en el cancionero argentino.
Lo que dice Carlos Vega sobre La Condición
“…Registrada en los salones, del grupo graves-vivas. (minué-gavota) europeo. En nuestro país minué-zamba, pierde vigencia en 1916, pero continúa representándose en exhibiciones e integrando el plan de danzas de los institutos educacionales de la materia…”.
“… En tiempos en que se bailaba el minué; adoptada por la sociedad y conservada como una de nuestras más bellas danzas…”
“… Una tradición de la ciudad de catamarca dice que el general Manuel belgrano bailó la condición con una dama de ese lugar y nada más. Uno de los descendientes expresa que la niña agraciada fue el Elciaria (otros la nombran Elciria) González de Olmos y que la danza se ejecutó en el club social de Catamarca; otro afirma que la bailarina fue Luisa González de Mota Botello, madre del anterior y que la fiesta se realizó en la casa que hoy lleva el número 648 de la calle Esquiú de Catamarca…
Con respecto a los recuerdos familiares, el autor de estas líneas hurgó lo posible en la ciudad de Catamarca, y parece que la fuente es única.  Los descendientes de la bailarina y la tradición conviene repetirlo se reduce a esto: el general Belgrano bailó la condición con una dama de la familia González de Mota Botello probablemente con Luisa por cuestiones de fecha. ( lo cual vimos que también puede ser discutible porque en 1812 Luisa contaba con 6 años de edad)
El brillante historiador salteño Carlos Gregorio Romero Sosa ha recogido por su parte varias tradiciones familiares sobre la pasada boga de la condición en Salta y en Tucumán. Allá por los años 1925-1926, el joven salteño oyó decir a venerables ancianos de su provincia que el nombre de la danza les era familiar, por haber oído además de la generación anterior la afirmación de que la bailaron hasta mediados del siglo, todavía en tiempos de Juan Manuel de Rosas, o sea siglo XIX, y alguno recordó tradiciones que relacionaban este baile con el general Belgrano. Pero hay más, aseguran que la condición fue exhumada en salta en 1913 con motivo del primer centenario de la batalla homónima en el festival de beneficencia que organizó la sociedad pro-patria de la cual era presidenta la señorita Elisa Sosa Dávalos; fundado en recuerdos de abuelos el poeta Calixto Linares y la propia señorita Sosa Dávalos, ambos músicos, reconstruyeron la condición.
También en Tucumán hay tradiciones familiares referentes a la condición. Los recuerdos florecieron en 1933 a raíz de un espectáculo teatral de profesionales que incluyó la danza; oyó entonces Romero Sosa diversas versiones coincidentes en que la condición se bailó en los salones tucumanos a mediados del siglo XIX y aún antes un anciano añadió concretamente que según tradiciones, el general Belgrano bailó la condición en Tucumán en 1816 con la esposa del gobernador de aquella provincia general Bernabé Aráoz durante el sarao con que se festejó la jura de la independencia…”[2]
Las investigaciones hasta el momento resultan contundentes: no existen documentos escritos sobre Belgrano y La Condición. Pero sí se pueden leer, y aun escuchar en varias provincias del Noroeste argentino relatos y tradiciones orales sobre este hecho, o sobre estos hechos; porque el general puede haber bailado la danza en varios lugares y con distintas damas.
El desafío entonces está planteado, en algún rincón de repositorios públicos o privados pueden existir algún o algunos documentos que derramen luz histórica sobre esta danza que por el momento vive en el recuerdo popular; y esto no es poco… 





[1] Gershani Oviedo, Marcelo (2012) ¿Belgrano estuvo en Catamarca?  En diario El Ancasti. 2 de julio de 2012. Catamarca
[2] Vega, Carlos (1952) Las danzas populares argentinas. Instituto Nacional de Musicología. Buenos Aires.


Charla desarrollada el día 28/2/2020 en el Centro de la Tradición El Hornero de la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe. En la presentación el Prof. Luis Tori.