En este trabajo de investigación,
me referiré al posible origen y antecedentes históricos de una danza folklórica
argentina y/o baile del Río de la Plata, llamado El Palito.
Son varios los autores que
escribieron al respecto, y volcaron en varias páginas una parte de nuestra
historia sudamericana y argentina.
Nos dejó Ventura Lynch, en su
difundido libro publicado en 1883, sobre El Palito las siguientes afirmaciones:
“[…] ya en su tiempo (haciendo referencia al gaucho unitario situándolo originalmente en forma errónea en 1839 con la
revolución del sur) se oye el marote, el palito, el prado y otros bailecitos
[…]” (1953:26)
“[…] Como baile picaresco tienen
el palito. Se toca con el rasguido del gato y aún cuando consta lo mismo de
cuatro frentes, sus posiciones son graciosísimas, maliciosas y algo obscenas.
Su letra es incomparable:
El Palito
El amor en ocasiones
Al hombre más
entendido
Le trastorna los
sentidos
Y le pone en
confusión.
El palito está
rabiando
Dicen que quiere
comer
Y le han dado por
remedio
Entre…cejas de mujer.
Dejenmé el hacer mi
gusto
Dice el palito
perdido,
Que en los asuntos de
amor
Se pierde el más
entendido.
El palito está muy
malo
Tiene un dolor en la
frente
El médico que lo cura
Dice que palito
miente.
Y así por el estilo.
En honor de la verdad, debemos
decir que este baile sólo se suele usar en el seno de las reuniones de la más
íntima confianza […]” (1953:42-43). Hasta allí lo escrito por Ventura Lynch.
Otro autor que escribió sobre el
palito fue el Prof. Arturo Schianca, quien decía: “[…] Viejo baile del Río de
la Plata, en el que volcaron sus autores todas las picardías dignas de la danza
que ellos imitaron. Esta fue “La Japona”, baile español del siglo XVI, lleno de
movimientos libres y voluptuosos; se le acompañaba con canto.
La forma actual de su desarrollo
varía casi totalmente de la antigua […]” (1925:76) Schianca reitera el concepto
de la intimidad de Lynch y relaciona el baile con que también se bebía en
exceso. Por otra parte, menciona la intencionalidad que asevera Lynch, tienen
las coplas recopiladas en el siglo XIX.
Por último, analizando la obra de
Schianca, transcribo un párrafo muy interesante para conocer cómo se sentían
las familias camperas de la provincia de Buenos Aires al oír el nombre del
baile: “[…] no quieren ni oírlo nombrar, principalmente las mujeres ancianas,
que aún sabiendo que este baile cambió totalmente su carácter, queda todavía el
sugestivo nombre de la danza que les recuerda su vieja forma […]” (1925:76-77)
Sobre el palito también
escribieron Haidée Pérez del Cerro y Raquel Nelli, asegurando que: “[…] Este
baile es de origen pampeano, se denomina así porque se bailaba con un palito
que los bailarines llevaban en sus manos, en la cintura o colocado en su pecho.
Regiones hubo en que el palito
era colocado en el centro de la pista para que los danzarines demostraran su
habilidad […] Con respecto a la fecha de su aparición no ha sido posible
determinarla exactamente […] (pero) calculamos que se haya bailado en Buenos
Aires ante de 1850. Fue danza muy practicada en Cuyo junto al gato y la
chacarera, en La Rioja, parte de Salta y Litoral […] Esta danza nació en
lugares poco sociables, de moral dudosa. La coreografía se acompañaba de cantos
sugerentes […] esto se prueba en la segunda parte de la danza, en que dos
mujeres rivalizan por conquistar el amor del varón. Esa es la forma picaresca
que se ha mantenido […] Curt Sachs cita danzas bailadas en España, Norte de
América, México y Europa donde participaban tres bailarines como en el palito;
creemos que ésta debió originarse en alguno de los bailes españoles […](1953:136-137).
Por su parte Isabel Aretz nos
deja la siguiente información, validada, como los demás autores nombrados hasta
aquí por investigaciones bibliográficas, documentales y de campo: “[…] El
palito es danza de pareja individual, o de dos mujeres con un hombre. Se
menciona en el correr del siglo XIX, lo mismo en Buenos Aires que en el oeste y
centro del país. A Santa Fe lo habría llevado el ejército del general Lavalle,
ocasionando serias protestas por el equívoco de su nombre. […] durante mis
viajes por el país hallé música y datos en Santiago del Estero, Tucumán, La
Rioja, Catamarca, Córdoba y Buenos Aires.
En cuanto a la forma de
composición, no existe un tipo único: he recogido esta danza con forma
semejante a la del triunfo, o bien como la refalosa. Siempre con melodías
particulares, de corte bastante europeo, en modo mayor […] La letra del palito
cantado, consta de una o más cuartetas octosílabas, cortadas cada dos versos
por un estribillo:
El palito se ha
enfermado
Por un dolor en la
nuca
Solo por eso
El médico que lo cura
Dice que no ha´i
sanar nunca
Solo por eso.
El final suele ser tarareado.
La coreografía cambia en las distintas regiones. En La Rioja, lo
bailaba una pareja sola, con vueltas de gato. En el Valle de Tafí observé una
figura particular que correspondía a la música del estribillo. El hombre pegaba
tres saltos que el bombo remarcaba. En Tucumán y Santiago del Estero existe una
modalidad exclusiva de esta danza criolla: el hombre baila con dos damas que
lleva de sus manos, una a cada lado.
También se baila de una pareja,
incluía una coronita y llevaba pañuelo a trechos.
El tradicionalista Andrés
Beltrame publicó una versión coreográfica en cuya primera parte baila una sola
pareja, y en la segunda un hombre con dos mujeres. Además, dió una forma “de
las provincias del litoral”, realizada por dos parejas […]” y agrega Isabel
Aretz un dato sumamente interesante para los antecedentes precolombinos de esta
danza: “[…] Según el padre Cobo, entre los bailes practicados por los nobles en
Perú, había uno en el que intervenían solamente tres personas, un Inca en medio
de dos Pallas, que son dos señoras nobles, a los lados; bailábanlo asidos de
las manos, dando innumerables vueltas y lazos con los brazos, sin jamás
desasirse, y apartándose y acercándose a un mismo lugar con buen compás […]”
(1991: 228-230).
Juan de los Santos Amores
menciona en su libro acerca del palito lo siguiente: “[…] El Instituto de
Musicología, que conducía Carlos Vega, no publicó esta danza, pero figura en la
amplia nómina de bailes populares argentinos. Para Félix Coluccio, esta danza
data poco antes del año 1743, […] y debido a que se la consideró inmoral, fue
prohibido en la ciudad capital del Virreynato, en el año 1743 […] En el año
1916 Andrés Chazarreta, da a conocer en su primer álbum musical, la partitura
para piano […] Años después (Chazarreta) presenta el N° 1 de Coreografías
descriptivas de las danzas nativas; en la misma incluye al palito […] diciendo
que es un baile característico de Santiago del Estero, siendo su coreografía
original […] la música de esta danza es única […] (continúa Santos Amores
diciendo) El Brigadier general don Juan Manuel de Rosas, prohibió el Palito por
deshonesto e indecente, durante su largo período de gobierno” (2004:240-243).
También esta prohibición se puede
leer en el libro Vocabulario y Refranero Criollo de Tito Saubidet “[…] El
palito se bailaba solamente en los ranchos del campo. Este lo mismo que el
fandango fueron prohibidos en 1743 bajo
la pena de excomunión mayor […]” (2013:229).
Con relación a otras danzas
antiguas, las cuales se bailaban “de tres” en España, menciona Clotilde de
Piorno (La Ñusta) “[…] Hay asimismo varias danzas españolas que presentan las
mismas características (que El Palito) está El Zángano murciano; […] el
Corri-Corri asturiano […]; El Pericote […] y las Dances Catalinas[…]”(1951:141-143).
Además de toda esta
documentación, disponemos de otra muy interesante y singular; la cual proviene
de una sesión de la Academia Argentina de Letras del 9 de abril de 1959 donde
se consulta acerca de la danza el palito. En esta sesión se menciona
textualmente en el acta correspondiente, lo siguiente:
“[…] si es exacto que el palito
es una danza folklórica argentina que se conocía desde hace más de cincuenta
años, cuya letra pertenece a la tradición popular de la que forma parte el
estribillo “así nomás es” y que las versiones de Chazarreta (Andrés) y de la
señora Otharán de Barceló corresponden a recopilaciones y armonizaciones
distintas, y acordó responder en los siguientes términos:
El palito es un baile folklórico
argentino. No se conoce con exactitud la fecha en que fue creado. Algún autor
lo califica imprecisamente de “baile antiguo de nuestra campaña”. El musicólogo
Carlos Vega lo vincula con el palillo,
como tema de las coplas españolas, y con las coordinaciones teatrales que se
llamaban boleras. Tanto Vega como Josué Wilkes, indican que el palito se
bailaba antes de 1850. Se basan para ello en un sermón que, según Carlos Aldao,
pronunció en el templo de la Merced, en la capital santafesina, el cura Nicasio
Romero, y en el que éste, censurando las costumbres de los feligreses, les echó
en cara: “Ahí han sacao un baile que le llaman el palito y cuando la muchacha
muestra el pie, dicen: ¡qué pie divino! ¡ Qué bárbaros, digo yo, comparando lo
divino con lo humano”. Wilkes supone que la plática del cura Romero es anterior
al 16 de noviembre de 1840, día en que las tropas del general Lavalle se
retiraron de Santa Fe rehuyendo el encuentro con las fuerzas mandadas por el
general Oribe, de donde infiere que “la invención del palito debió ser de fecha
cercana a tales acontecimientos” y que fue llevado a Santa Fe por los soldados
de Lavalle. Alcestes de Badía, a quien cita Lázaro Flury, atestigua que, años
antes, existío el palito en el
noroeste argentino: “Por referencias de mis abuelos, que nacieron y vivieron en
Catamarca, escribe Badía, tengo por cierto que el Palito se bailaba por 1838 en
las casas catamarqueñas y riojanas”. Para Flury el palito nació en las quebradas norteñas pero, como lo ha
establecido Carlos Vega, se bailó en toda la República.
[…] es probable que pertenezca al
simbolismo erótico. Así lo insinúan la denominación que recibe y la circunstancia
de que, en algunos lugares, los bailarines llevaban un palito en la mano, en la
cintura o en el pecho, o lo colocaban en el centro de la pista para pisarlo.
[…] Roberto Payró pudo ver que
era de uso corriente en Catamarca, a fines del siglo XIX: “Los músicos rompen á
tocar, y á la zamacueca, al gato, siguen otras danzas criollas tanto ó más
picarescas é incitantes, como el marote, el escondido con relación, la
chacarera, el palito, la condición y
el ecuador”. A orillas del río Salado lo recogió don Andrés Beltrame y su
versión es tal vez la más popularizada entre los cultores actuales de los
bailes nativos.
El palito suele llevar el
estribillo “así no más es”. Sin embargo no se lo encuentra siempre ni
exclusivamente. No lo trae el texto de Lynch” (1959:175-178).
Como se puede apreciar, la
historia del palito está relacionada con varios períodos de nuestra historia
patria; pero no está totalmente definida en sus antecedentes; mucho falta por
saber e investigar, y por acordar. Lo cierto es que actualmente, a principios
del siglo XXI, seguimos viendo e interpretando este baile o danza llamada el
palito, pero ya como folklore histórico.
Bibliografía
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Aires. 1959
-
Aretz, Isabel. El Folklore musical Argentino.
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Editorial Escolar. Buenos Aires. 1954
-
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Buenos Aires. 1984
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Aires. 1926
-
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las danzas nativas. Pirovano, Buenos Aires. 1948
-
Flury, Lázaro. Danzas Folklóricas Argentinas.
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-
Furt, Jorge. Coreografía gauchesca. Coni. Buenos
Aires. 1927
-
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-
Payró, Roberto. En las tierras de Inti.
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Pérez Amuchástegui, A. Crónica Histórica
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-
Pérez del Cerro, Haidée y Nelli, Raquel.
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-
Piorno, Clotilde de. Orígenes y significación de
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-
Santos Amores, Juan de los. Didáctica de las
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Saubidet, Tito. Vocabulario y refranero criollo.
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Wilkes, Josué. Indigenismo musical argentino
(s/e)
- Lynch, Ventura. La provincia de Buenos Aires
hasta la definición de la cuestión capital de la República Argentina. Lajouane.
1953
-
Vega, Carlos. El Palito en revista Caras y
Caretas. Mayo de 1954.
El Palito por los Hermanos Ábalos
El Palito por Los Hermanos Abrodos